La interfaz de programación de aplicaciones o también conocida por su sigla en inglés API, Application Programming Interface, es un conjunto de definiciones, protocolos y procedimientos que sirven para integrar un sistema particular con otros softwares. Esto permite enriquecer el caudal de datos de una aplicación y a su vez agilizar la consulta a través de una conexión rápida y segura.

Las APIs hoy son piezas claves en el desarrollo de aplicaciones de cualquier empresa dado que no solo permiten la comunicación de sistemas internos sino también la conexión con sistemas externos que aportan valor al funcionamiento de determinados procesos. Esta retroalimentación de información permite una mejor y más eficiente administración de los datos, permitiendo sacarle mejor provecho ante las necesidades del negocio.

¿Cómo funciona una API?

Una forma sencilla de entender cómo funcionan las APIs es pensarlas como un intermediario directo entre productos o servicios con otros sistemas, sin saber necesariamente cómo están desarrolladas a nivel interno. Para ello, se establece un acuerdo o un contrato entre ambas partes en donde una de ellas establece una estructura particular para recibir solicitudes y la otra acata para poder obtener información.

Dicho de otro modo, la API es la solicitud formal y el circuito de desarrollo que permite comunicar dos softwares con uno o varios objetivos. Muchas veces sirve para agilizar procesos de carácter interno de una compañía, como puede ser el rescatar ciertos paquetes de funcionalidades ya desarrollados para el desarrollo de un nuevo producto, o a veces también para enriquecer la cantidad y calidad de las bases de datos a partir de servicios externos (un banco que se nutre de la información de un buró de crédito).

La integración de APIs con los sistemas de gestión propios trae una multiplicidad de beneficios:

• Instantaneidad: Recepción de información valiosa para los procesos de la compañía a través de una vinculación e integración totalmente rápidas y seguras.
• Flexibilidad y optimización: Retroalimentación de desarrollos internos o externos que se adaptan a las necesidades específicas del negocio y optimizan los tiempos y costos operativos.
• Agilidad: Se simplifican no solo los procesos de diseño de productos, sino también los de administración de datos.
• Disponibilidad: Acceso a la información en tiempo real y escalable según el objetivo del negocio.
• Seguridad: estrictos protocolos que protegen la integridad de la conexión entre softwares.
• Valor: Enriquecimiento de la toma de decisiones y análisis consistentes en pocos minutos.
• Innovación: Generación de oportunidades de negocio al momento de crear nuevos productos o servicios.

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