Las contingencias que se presentan a lo largo de la vida y que requieren un desembolso monetario son más comunes de lo que que se piensa: desperfectos técnicos en electrodomésticos del hogar, roturas en el auto, períodos de inactividad laboral o cualquier tipo de emergencia con la que no se contaba. Generalmente, ante la falta de dinero se suele recurrir a ahorros destinados a otras metas o, mucho peor, a tomar deuda para poder hacer frente al gasto.
Para evitar este tipo de situaciones, los especialistas en finanzas personales recomiendan la construcción de un fondo de emergencia. Este fondo no es más que una reserva de dinero cuyo único objetivo es hacer frente a imprevistos con mayor holgura financiera, sin necesidad de endeudarse y modificar el presupuesto elaborado. Además, brinda estabilidad y tranquilidad para el día a día.
El fondo de emergencias debería ser el primer objetivo de ahorro, pero hay que tener en cuenta que éste no se consigue de un día para el otro. Dependiendo de los ingresos y gastos de cada persona, suele tener un tiempo de construcción de mediano a largo plazo y requiere disciplina para llevarlo a cabo.
¿Por qué ahorrar para aun fondo de emergencia?
- Asegura un resguardo de dinero. Este “colchón financiero” o capital aislado brinda tranquilidad ante el advenimiento de cualquier tipo de urgencia, reduciendo el estrés ante posibles imprevistos.
- Protege los ahorros destinados a otras metas financieras. Otro de los puntos fundamentales del fondo de emergencia es resguardar los ahorros destinados a otros objetivos, como pueden ser, un auto, una casa, vacaciones, un negocio, entre otros. El imprevisto ya no significa sacrificar un ahorro.
- Evita malas decisiones por desesperación. Ayuda a que se puedan resolver los inconvenientes sin sobreendeudarse, es decir, tomar deuda más allá de las posibilidades del presupuesto.
- Tiene liquidez inmediata. Al estar separado de otros ahorros o caja de ingresos, permite la inmediata extracción sin preocuparse por cuánto dinero queda.
- Se renueva permanentemente. Al estar atado a los ingresos y gastos, se debe renovar continuamente para asegurar su eficacia.
¿Cuánto dinero compone un fondo de emergencia y cómo construirlo?
Más allá de la situación financiera de cada persona o grupo familiar, el paso a paso es similar en todos los casos.
- Calcular los gastos totales. Es necesario sumar todos los gastos fijos (aquellos que son imprescindibles mes a mes sin excepción) y variables (aquellos que pueden variar).
- Definir el fondo de emergencia ideal. Una vez obtenido el valor de los gastos totales de un mes, los especialistas recomiendan multiplicarlo por 3 (trabajadores bajo relación de dependencia) o 6 (trabajadores independientes). El número final será la suma de dinero que se deberá alcanzar. Un ejemplo: si los gastos totales durante el período de un mes suman $90.000, el fondo de emergencia ideal debería ser de $270.000 0 $450.000.
- Empezar a construir el fondo. Como todo objetivo de ahorro, hay que planificarlo y ser paciente. El presupuesto ayudará a entender cuánto dinero se puede destinar mes a mes, pero lo ideal es al menos un 10% de los ingresos. La clave es ser constante y atenerse siempre a la planificación.
- Resguardar el capital. Una vez alcanzado el objetivo de construir un fondo de emergencia, es importante investigar productos de ahorro e inversión que tengan bajo riesgo y alta liquidez. De esta manera, se preserva el valor del fondo y se tiene accesibilidad inmediata en caso de necesitarlo.
Tips financieros para el antes y el después de un fondo de emergencia
- Tener presupuesto. Planificar los gastos e ingresos mensuales tanto a nivel personal como familiar permitirá tener un mayor panorama acerca de las posibilidades de ahorro y posibles imprevistos.
- Generar el hábito del ahorro y revisar periódicamente el avance. Una vez definido el fondo de emergencia ideal, hay que generar una costumbre para destinar cierta cantidad de dinero al mes al ahorro. Revisar los avances cada tanto tiempo ayuda a motivarse.
- Guardar el capital de forma segura y accesible. Dependerá de la situación de cada individuo. La clave está en asegurar su disponibilidad y que el lugar no sea el mismo que el del dinero que sea usa día a día para evitar tentaciones.
- Establecer reglas de uso. Muchos gastos pueden considerarse imprevistos, pero no todos emergencias. Se deberá establecer una serie de reglas acerca de cómo y cuándo usar dinero de este fondo, y respetarlas de manera disciplinada.
- Renovar el ahorro. A medida que va pasando el tiempo, hay que renovar el monto del fondo de emergencia. Esta renovación estará atada a la situación económica del país en el que se encuentra la persona, al uso o no del capital, a sus gastos, entre otros.