Las Pequeñas y Medianas Empresas, también llamadas PyMEs, son un tipo de compañía que realiza actividades en el país en algunos de los sectores productivos (servicios, comercio, industria, agropecuario, construcción y minero), y cuya categoría se establece de acuerdo a la actividad declarada, a los montos de las ventas totales anuales o a la cantidad de empleados. En la Argentina, aproximadamente el 95% de las empresas están incluidas dentro de esta categoría, y no están exentas de los riesgos normativos que pueden implicar sanciones graves que interrumpan el normal desarrollo de sus actividades.
En el año 2017 se sancionó la Ley 27.401 de Responsabilidad Penal Empresaria, la cual establece el régimen de responsabilidad penal aplicable a las personas jurídicas privadas, incluidas las PyMEs, por delitos de cohecho y tráfico de influencias, corrupción, balances e informes falsos agravados, entre otros. La Ley prevé la adopción de políticas y procedimientos internos tendientes a la prevención, detección y remediación de irregularidades. Dichas políticas y procedimientos se agrupan en lo que se conoce como Programa de Integridad.
En el marco de la Ley citada, los programas de integridad:
- son obligatorios para participar en determinadas contrataciones con el Estado Nacional;
- constituyen un elemento que puede considerase para graduar la pena en caso de que se cometa alguno de los delitos alcanzados por la ley (descriptos en el siguiente apartado);
- promueven una conducta ética en una organización.
Aquí el cumplimiento normativo, o compliance, tiene un rol fundamental para identificar, prevenir y gestionar riesgos normativos, operativos o legales asociados a la actividad desarrollada, además de fomentar una cultura de cumplimiento dentro de las empresas. Dentro de las diversas guías especialmente enfocadas en pymes, creadas por organizaciones nacionales e internacionales, cabe destacar la Guía de Integridad para PyMEs de la Oficina Anticorrupción (OA) de la Argentina.
¿Cómo establecer un Programa de Integridad en su negocio?
Según la Guía complementaria para la implementación de programas de integridad en PyMEs de la Oficina Anticorrupción (OA) de la Argentina, existen seis pasos para la elaboración de un programa de integridad:
- Compromiso: es fundamental que haya un compromiso asumido por las máximas autoridades de la organización en crear y fomentar una cultura de cumplimiento. Los directivos deben fijar principios, valores y entendimientos comunes para que los comportamientos de todo el personal sean consistentes con la ética laboral. Debería ser registrado por escrito y comunicado debida y periódicamente a todos los integrantes de la empresa y a sus proveedores o contratistas.
- Evaluación de riesgos: se debe realizar una completa evaluación de riesgos a los que se enfrenta la empresa, lo que permitirá entender si una determinada medida de prevención resulta o no razonable para esa organización particular. Lo ideal es designar una persona que se encargue de realizar un diagnóstico según diversos indicadores de riesgo y que luego exponga los resultados, que servirán de base para futuras acciones de prevención. En base a esta evaluación, la compañía deberá focalizar los recursos a las actividades o contactos con el sector público que impliquen mayor riesgo de corrupción.
- Plan de acción: en base a la evaluación de riesgos, la empresa determinará qué elementos formarán parte del programa de integridad si bien de acuerdo a la ley vigente, hay tres elementos obligatorios: un código de ética o de conducta, capacitaciones y reglas y procedimientos para prevenir ilícitos en los concursos y procesos licitatorios de la organización con el sector público. Igualmente, estos elementos pueden ser insuficientes dependiendo de la actividad de la organización, por lo cual deberán abordarse con mayor intensidad en algunos casos y plantear otros componentes posibles. En la ley se incluyen, entre otros elementos optativos, canales internos de denuncia de irregularidades, abiertos a terceros, una política de protección de denunciantes contra represalias, debidas diligencias de proveedores e intermediarios.
- Implementación: donde el plan de acción se lleva a la práctica y seguramente necesite la asignación de recursos económicos, humanos, etc. Para garantizar que las normas de cumplimiento sean implementadas por todos los colaboradores de una empresa, se recomienda que sean adecuadamente comunicadas.
- Medición de impacto y mejora: una vez transcurrido un tiempo considerable de la implementación del programa es necesario realizar una medición de su impacto para identificar fortalezas y debilidades, lo que permitirá plantear nuevas medidas de mejora en el futuro. Lo ideal es que haya al menos una revisión anual. Para cumplimentar esta etapa hay variadas acciones posibles: realización de encuestas a empleados y/o terceros, auditorías, análisis agregado de datos estadísticos, evaluaciones a empleados sobre su nivel de comprensión de las políticas, entre otros. Será necesario haber documentado todas las actividades realizadas y las políticas implementadas resguardando a la empresa frente a potenciales requerimientos bajo la Ley 27.401.
- Comunicación: es de suma importancia para todos los pasos del programa, como se ha mencionado anteriormente, que la comunicación interna y externa sea óptima. Se debe garantizar que tanto colaboradores como terceros estén informados permanentemente sobre las políticas de integridad de la organización. La sensibilización sobre el programa de integridad es la base de su éxito.
¿Por qué es importante Compliance en Pymes?
El activo más importante de toda organización es su reputación y, cuando ésta se ve afectada por delitos graves como la corrupción o el lavado de activos, es difícil reconstruirla, lo que afecta inevitablemente el desarrollo de sus actividades diarias. La importancia de aplicar programas de Compliance en PyMEs apunta no sólo a estar en línea con los requerimientos legales, sino también es una oportunidad para realizar sus negocios de una forma más sostenible, responsable y ejemplar.
Asimismo, una buena estrategia de cumplimiento brinda un escudo legal para las personas jurídicas frente a posibles riesgos asociados a su actividad, mejorando inexorablemente su imagen pública y por tal, su posición y nivel de competitividad en el mercado, frente a otras organizaciones.
¿Qué herramientas existen para potenciar el cumplimiento en pequeñas y medianas empresas?
Al momento de establecer un Programa de Integridad es fundamental contar con información actualizada y confiable que agilice la tarea. Por este motivo, Nosis desarrolló una solución integral para que todo Responsable de integridad pueda tener acceso de manera ágil y organizada a datos de una de las bases más importantes del país.
Nosis Compliance es una plataforma orientada a colaborar con las tareas de cumplimiento, facilitando la detección temprana de riesgos, las debidas diligencias hacia terceros e identificando patrones relevantes. Cuenta con una serie de módulos que le permiten investigar y analizar diferentes relaciones de personas humanas y jurídicas, e integrarlos con antecedentes crediticios, laborales, judiciales, historial de publicaciones en edictos, bases de sujetos obligados y personas expuestas políticamente (PEP) y muchos más.
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